Su protección solar contribuye a la mejora de la eficiencia energética de los edificios, al confort de sus ocupantes y al bienestar laboral. Los tejidos con los que están confeccionados son muy resistentes a las condiciones climatológicas adversas ya los cambios térmicos y no se deforman.
Son ideales para la gestión del impacto del calor y la regulación de la luz según las necesidades de los usuarios. Actúan como pantallas térmicas para favorecer el confort.
Los tejidos y componentes son libres de sustancias nocivas por la salud.